Ayer por la tarde, fuimos al Museo Internacional de Cornamusas para ver el museo de gaitas, intentar conocer algo más sobre ellas y preguntarles a los niños sobre el instrumento para saber que idea tenían de él y que era lo que pensaban.
Nada más llegar nos encontramos con que los trabajadores de allí nos facilitaron en todo el trabajo, no pusieron impedimento de ningún tipo y se interesaron por el trabajo. Nos dejaron acceder al museo de gaitas y sacar fotos de los distintos tipos de gaitas, de distintos lugares y distintos instrumentos que acompañan a la gaita. Descubrimos que había gaitas hechas con diversos materiales, las más recientes hechas con materiales sintéticos y las más antiguas hechas con pieles de animales. Nos llamó la atención la cantidad de gaitas distintas que encontramos, y de los lugares que procedían ya que algunos ni nos los podíamos imaginar.
Poco después nos dejaron hablar con el profesor de gaita, que con entusiasmo y simpatía nos explico algunas cosas sobre la gaita que el mundo suele desconocer. Nos explicó que es un instrumento mediterráneo que todos o casi todos de los sitios rodeados por el mediterráneo tienen gaitas y forman parte de su cultura, también nos dijo que el instrumento precursor de la gaita era la laoneda, y que todos los países europeos tenían gaitas y que el que mayor diversidad de gaitas tiene es Francia, en donde se puede encontrar todo tipo de gaitas muy distintas entre ellas. Nos contó que los niños no empiezan a tocar la gaita directamente, sino que primero a partir de los 3 años pueden ir a pandereta, a partir de los 5 a percusión y desde los 7 u 8 se inician en la gaita. Esto es así porque para poder tocar la gaita necesitan saber leer y escribir con cierta fluidez.
Más tarde nos dejaron asistir a la clase de pandereta de los niños de tres años para preguntarles sobre la gaita, algunos de ellos eran muy tímidos y les costaba contestarnos que pensaban sobre ella y los que les venia a la mente cuando se la nombraban, aunque en general todo coincidían en pensar en música, que querían tocarla cuando fueran más mayores y que les recuerda a música.
A partir de estos datos creamos una nube de palabras con lo que piensan los niños sobre la gaita, que colgaremos más adelante.
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